sábado, 31 de octubre de 2009

Octava italiana decasílaba


Sobre las ruinas definitivas
sobre viejos rastros del presente
sobre el baldío del inconsciente
sobre los restos de la razón,
se yergue la mentira, la angustia
la ansiedad, el amor, la poesía
el color, Dios, luz, la valentía
la verdad o la imaginación

Y a vos quién te juna?

La identidad no existe como atributo íntimo. El verdadero ser de la identidad consiste en irle al sujeto, que a priori no posee ningún rasgo de este tipo, sino que más bien es un manojo de (a veces dispares) tendencias y caracteres. Nietzsche supo sintetizarlo con gran maestría: "El yo es un prejuicio popular" (resumo en esta frase su pensamiento, si es que no la pronunció tal cual aquí aparece).
La identidad entonces (el yo aparece aquí como identidad del conjunto de lo subjetivo respecto de sí mismo) no es una característica propia de este sujeto al modo cartesiano, sino que su génesis es exógena y a posteriori le va a él. Prueba de esta discordancia es la variabilidad de la identidad, que deviene según el lugar desde el que opera o desde el que se la conoce respecto de los límites cualitativos que establece la sociedad o la misma psiquis individual (y aunque expresa la idea, empiezo a dudar de la utilización de este último adjetivo). Una misma persona puede ser héroe nacional en un país, y terrorista en otro. Un mismo objeto puede ser basura en una cultura, y ente de veneración en otra. Vos vas a quererte un día y odiarte al siguiente.
Resumiendo: la identidad es una comodidad, definirlo unívocamente es un "prejuicio popular". Vos sos muchas cosas, algunas de las cuales están en oposición. A veces vas a ser inmejorable, a veces vas a estar en el fondo del pozo. No quiero asustarte, pero las dos son correctas. Bienvenido al caos. La felicidad es una decisión, y consiste en observar desde los altos correctos en el camino caótica de la Identidad.

Juan José Saer

Juan José Saer es no sólo uno de los más grandes escritores argentinos de la historia, sino también uno de los más destacados a nivel universal. Nació en Serodino, Santa Fe, un 28 de Junio del año 1937.


Dictó las cátedras de Historia del Cine y Crítica y Estética Cinematográfica en la Universidad del Litoral durante la década del '60. En 1968 se radicó en París. Su obra abarca cuatro libros de cuentos –En la zona (1960), Palo y hueso (1965), Unidad de lugar (1967) y La mayor (1976), esta última es considerada su más genial producción– y diez novelas: Responso (1964), La vuelta completa (1966), Cicatrices (1969), El limonero real (1974), Nadie nada nunca (1980), El entenado (1983), Glosa (1985), La ocasión (1986, que obtuvo el Premio Nadal en 1987), Lo imborrable (1992) y La pesquisa (1994). En 1991 publicó el ensayo El río sin orillas, y en 1997, El concepto de ficción. El arte de narrar (1977), es el curioso título del volumen que reune el total de la fracción poética de su obra. Ha sido traducido al francés, inglés, alemán, italiano y portugués.


Volvimos al linkeo: entrevista realizada al autor por Ana Inés Larre Borges para el medio Brecha, del Uruguay, mientras éste vivía en Francia (el autor, no el Uruguay), país en el que lo encontró la muerte el 11 de Junio de 2005. Y también, palabras presuntamente de Saer, bajo el testimonio de Piglia.
Personalmente, recomiendo (además de, claro, La Mayor, la lectura de Responso, novela de 1964.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Como los Locos sanos

Delirantes nocturnos
algunos alucinados
tristes solitarios
fanáticos detallistas.

Buscadores de belleza
artistas frustrados
íntimos pensadores
imposibles sensatos.

Lejos de la verdad
convencidos actores
tercos derribados
piden libertad.

Voladores aburridos
se pierden sin volar
a veces cansados
a veces sin mirar.

Miserables perdedores
constantes fracasados
mienten pasiones
les quedan pedazos.

Nostálgicos ateos
cobardes con amor
con gracia disfrazados
colmados de dolor.

Ellos se escuchan
nadie contesta
nada les sobra
algo les molesta.
Melany Scarfia

Jürgen Habermas

Jürgen Habermas nació en Dusseldorf, Alemania, en 1929. Realizó sus estudios en Gottinga, Zurich y posteriormente en Bonn, para finalmente obtener el doctorado en Marburgo en 1961 (con Wolfgang Abendroth como tutor) con una tesis cuyo tema fue "El Absoluto y la historia: De las discrepancias en el pensamiento de Schelling". Fue ayudante de Theodor W. Adorno desde 1956 a 1959 en el Instituto de Investigación Social de Francfort, y luego entre 1961 y 1964 ejerció como Profesor en Heidelberg. Fue también profesor titular de Sociología y de Filosofía en Fráncfort desde 1964 a 1971, y dirigió a partir de este último año el Instituto Max Planck de Starnberg, para retornor a Fráncfort en 1983. Recientemente ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2003.

La temática de su polémica obra es es tanto sociológica y filosófica como científica y política. Influido por Heidegger, Hegel y Lukács, se pone en contacto con el pensamiento de izquierda. Lee a Marx, Benjamin, Marcuse, Horckheimer y Adorno. Espantado por el nazismo - quizá la expresión más dolorosa del proyecto moderno- se esfuerza desesperadamente por encontrar en el ámbito intersubjetivo de la comunicación la clave que permita reanudar ese proyecto, reinterpretarlo y realizarlo. Desarrolla en 1976 su importante teoría de la acción comunicativa -toma la obra de Marx y le reprocha haber reducido la praxis humana "a un mero techné", en desmérito de otra acción humana que juzga fundamental: la interacción mediada por el lenguaje-, con la intención de lograr una reconstrucción del materialismo histórico. Así, critica al marxismo por descuidar el aspecto superestructural y hacer fuerte hincapié en lo económico-material. En 1981 su interés se centra en la filosofía práctica: moral, ética, derecho y justicia. La noción clave es la idea de “comunidad ideal de comunicación”.

Leyendo a Weber y Durkheim, entre otros sociólogos, publica en 1962 su primer gran obra: “Historia y crítica de la opinión pública” , en donde se expresa tangiblemetne su deseo de continuar la línea del marxismo hegeliano '20. De forma simultánea se vuelva al estudio de la filosofía del lenguaje y de la teoría analítica de la ciencia. En esta época, encuentra en el pragmatismo norteamericano una herramienta útil para suplir las deficiencias que dice reconocer en el marxismo

En “Ciencia y técnica como Ideología” y en “Conocimiento de interés”, ambas obras de 1968, distingue la acción racional con orientación utilitaria de la acción comunicativa (se observa aquí la impronta de las bases weberianas). Esta distinción apunta al desarrollo de una teoría de la comunicación. Deja en claro además que es tarea de una crítica de la ciencia que escape a los engaños del positivismo admitir el carácter “interesado” de aquella: no hay conocimiento neutral. Más aún, hay diversos intereses científicos: uno es el técnico de las ciencias empíricas; otro, el práctico, orientador de la acción por su comprensión de sentidos; y el tercero, el emancipador de la teoría crítica de la sociedad.
En 1976 recurre a la teoría de la comunicación para lograr una “reconstrucción” del materialismo histórico, intentando dilucidar un nuevo camino, que, modernizado, llevaría adecuadamente a las metas históricas. Critica la tendencia del capitalismo burocrático hacia las crisis cíclicas, como consecuencia de la falta de consenso racional con respecto al principio de organización de la sociedad vigente (aquí afloran las lecturas de É. Durkheim. Es decir, apunta a la consideración de lo particular en vez de la generalización o la inducción (el caso, en vez de los casos, en el vocabulario de Foucault). Culpa también de esta tendencia a ciertas causas sociocultural, como legitimaciones y motivaciones.

En 1981 publica su monumental obra de teoría sociológica “Teoría de la acción comunicativa”, como una teoría global de la sociedad, conceptualizando su origen, su evolución, sus fuerzas íntimas y sus consecuentes patologías. Habermas abandona el programa de la filosofía de la conciencia o del sujeto y se ubica en el de la intersubjetividad comunicativa o del entendimiento lingüístico. Desde este punto de vista, considera entre otras cosas que el modelo de acuerdo con el cual hay que pensar la acción social no es ya el de una acción subjetiva orientada por fines egoístas de sujetos individuales, sino el de una acción orientada al entendimiento en el cual los sujetos coordinan sus planes de acción sobre la base de acuerdos motivados racionalmente, a partir de la aceptación de pretensiones. El pragmatismo a nivel universal intenta identificar y reconstruir las condiciones universales de todo entendimiento posible en el mundo del habla.
Junto con el de acción comunicativa, Habermas introduce otro concepto revolucionario: el del "mundo de la vida" (muy trabajado por los filósofos posteriores), como noción que acapara todo aquello desde lo cual y sobre lo cual puede producirse la reproducción simbólico-social en acciones lingüísticamente mediadas.

La sociedad queda así enfocada en Habermas como mundo de la vida por un lado, como sistema orgánico por otro. Con estos elementos puede afrontar el carácter paradójico del proyecto ilustrado: la creciente racionalización del mundo de la vida corre paralela a la creciente complejidad sistémica. Esta última desborda su esfera propia y “coloniza” el mundo de la vida: de ahí la pérdida de sentido y libertad.

En “El discurso filosófico de la modernidad” y en “El pensamiento posmetafísico” (de los años 1985 y 1988), Habermas refleja el debate que se sucedía en esa década en los medios académicos. En el primero califica la llamada “filosofía posmoderna” de neoconservadora, y aboga por una nueva apropiación crítica del proyecto moderno teniendo en cuenta problemas que la modernidad no resolvió. Concluye que lo agotado no es hoy la racionalidad moderna, sino el paradigma del sujeto o de la conciencia, y que el “espíritu moderno” sigue aún vigente en el vivir la historia como proceso marcado por la crisis, en la actualidad como "relámpago" que alumbra difíciles encrucijadas y en el futuro como "apremio de lo no resuelto". Mientras que en el segundo texto nombrado señala la necesidad de tomar en serio el prefijo “pos” y de tener en cuenta los motivos del pensamiento actual. También trabaja por esos años la ética, el derecho y la justicia: en “Conciencia moral y acción comunicativa” (1983) intenta fundamentar una ética en un universalismo normativo para afrontar el escepticismo posmoderno. La noción clave es la “comunidad ideal de comunicación” como idea reguladora de los lazos morales, libre de coerciones de intereses particulares. En ese concepto está supuesto que la moral individual es una abstracción, pues siempre está involucrada en la eticidad concreta de un concreto mundo de la vida (inter-subjetivo). Habermas confía en la estrategia de la “ética del discurso”: el discurso representa una forma de comunicación en tanto que su fin es lograr el entendimiento de y entre los hombres, por lo cual apunta aún más allá de las formas de vidas singulares (o sea que se extiende a la ya mencionada “comunidad ideal de comunicación”, que incluye a todos los sujetos capaces de lenguaje y acción). Se garantiza así una formación de la voluntad común que da satisfacción a los intereses de cada individuo sin que se rompan los lazos sociales sustanciales.

martes, 14 de julio de 2009

Arthur Rimbaud

LDD disfruta de los anti-poetas, de los reos, de los odiosos. De los que sublevan la lengua, la vuelven arisca, antisistémica, combativa. De los que escriben palabras que estallan, bombas de ardientes adjetivos contra la ignominia. De los que viven varias vidas en una, los que huyen y los que regresan. Los que van a menos para sobresalir.
Nos miran mal los lores enfundados en impecables vestidos con palabras adecuadas. Nos desprecian las señoras importantes, en sus trajes de noche con volados de circunstancia. Legos despreciables que desconocen, pero imparten. Aquí no hay damas educadas ni caballeros gentiles, buenos partidos o emperifollados inconsistentes. Es otra la fauna que habita estas páginas: explotados, obtusos, drogadictos, rufianes, prostitutas, suicidas, hombres frustrados, mujeres incomprendidas, vírgenes extravagantes, filósofos crepusculares.



Hoy: Arthur Rimbaud. Se deja presentar:

"Fui encerrado a los doce años en un granero donde conocí el mundo, ilustré la comedia humana. Aprendí historia en una bodega. Encontré a todas las mujeres de los antiguos pintores en alguna fiesta nocturna en un pasaje de París. Coroné mi inmesa obra en una magnífica residencia crecada por el Oriente entero, y pasé a mi ilustre retiro. Removí mi sangre. Mi deber me es absuelto. Ya ni siquiera es preciso pensar en ello. Soy un ser de ultratumba, realmente, y nada de comisiones." (Vidas III, en Iluminaciones)


Nació en Charleville-Mézières, en el noreste de Francia, hijo de una familia de la clase media rural. Su padre, Frédéric lo abandonó (junto a 5 hermanos) cuando tenía 7 años (el padre). Arthur odiaba a su madre y se fugaba con frecuencia, pero luego regresaba. Como estudiante, se dice que era inquieto y burlón, pero brillante: A los quince años ya había ganado todo tipo de premios de redacción y compuesto versos y diálogos en latín. En 1870 conoció a un joven maestro de retórica, Georges Izambard, que se convirtió en su primer mentor literario; los originales versos en francés del poeta alcanzaron rápidamente una calidad máxima, dentro de una estética parnasiana. Su conducta se volvió caótica e irreverente; había comenzado a beber y se divertía conmocionando a los burgueses locales con sus vestimentas andrajosas, sus pintadas de «Muera Dios» en las iglesias y su cabello largo.
Luego de algunas cartas enviadas sin éxito, Rimbaud logró respuesta del poeta simbolista Verlaine, quien lo invitó a París, interesado en conocer al autor de los poemas leidos. Allí, los poetas mantuvieron una controvertida relación homosexual, y para mayor escándalo de los burgueses locales, se dedicaron a vivir como vagabundos, eternamente embriagados con hachís y ajenjo. El fin de esta etapa fue abrupto: luego de una discusión, Verlaine le disparó a Rimbaud en la mano, y fue condenado a prisión.
En los años siguientes, Arthur decidió abandonar el salvajismo de su anterior modus vivendi para establecerse económicamente. En 1880, se radicó en Adén (Yemen), como empleado de la Agencia Bardey. En 1884 dejó ese trabajo y se transformó en mercader cuentapropista en Harar, en la actual Etiopía. Hizo una pequeña fortuna como traficante de armas; hasta que en su rodilla derecha se desarrolló una sinovitis que degeneró en carcinoma; lo cual le forzó a regresar a Francia el 9 de mayo de 1891, donde días después le amputaron la pierna. Finalmente murió en Marsella, el 10 de noviembre, a la edad de 37 años.


El baile de los ahorcados

En la horca negra bailan, amable manco,
bailan los paladines,
los descarnados danzarines del diablo;
danzan que danzan sin fin
los esqueletos de Saladín.

¡Monseñor Belzebú tira de la corbata
de sus títeres negros, que al cielo gesticulan,
y al darles en la frente un buen zapatillazo
les obliga a bailar ritmos de Villancico!

Sorprendidos, los títeres, juntan sus brazos gráciles:
como un órgano negro, los pechos horadados ,
que antaño damiselas gentiles abrazaban,
se rozan y entrechocan, en espantoso amor.

¡Hurra!, alegres danzantes que perdisteis la panza ,
trenzad vuestras cabriolas pues el tablao es amplio,
¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla!
¡Furioso, Belzebú rasga sus violines!

¡Rudos talones; nunca su sandalia se gasta!
Todos se han despojado de su sayo de piel:
lo que queda no asusta y se ve sin escándalo.
En sus cráneos, la nieve ha puesto un blanco gorro.

El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas;
cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla:
parecen, cuando giran en sombrías refriegas,
rígidos paladines, con bardas de cartón.

¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos!
¡y la horca negra muge cual órgano de hierro!
y responden los lobos desde bosques morados:
rojo, en el horizonte, el cielo es un infierno...

¡Zarandéame a estos fúnebres capitanes
que desgranan, ladinos, con largos dedos rotos,
un rosario de amor por sus pálidas vértebras:
¡difuntos, que no estamos aquí en un monasterio! .

Y de pronto, en el centro de esta danza macabra
brinca hacia el cielo rojo, loco, un gran esqueleto,
llevado por el ímpetu, cual corcel se encabrita
y, al sentir en el cuello la cuerda tiesa aún,

crispa sus cortos dedos contra un fémur que cruje
con gritos que recuerdan atroces carcajadas,
y, como un saltimbanqui se agita en su caseta,
vuelve a iniciar su baile al son de la osamenta.

En la horca negra bailan, amable manco,
bailan los paladines,
los descarnados danzarines del diablo;
danzan que danzan sin fin
los esqueletos de Saladín.

A.R.


Por gracia de lamaquinadeltiempo.com podemos disfrutar de Una temporada en el Infierno online. No se lo pierdan.

jueves, 9 de julio de 2009

cAiGo

Caigo desde la punta
sin sobrevuelos
hasta el fondo.

Caigo sin frenos
a tiempo
sin pensar.

Caigo y no veo
ya entiendo:
no hay nada.

Caigo y no llego
sé que falta.
Largo-triste-apaleante trecho.

Caigo y espero
segura, no hay prisa.

Caigo
creo llegar…
estoy cayendo
no me agarren.
Melany Scarfia

jueves, 2 de julio de 2009

Nostalgia de mí


Memorias mezcladas.
Se alza el recuerdo.
Empuja el ahora: lo niega, lo sobra.

Vuelve y se apropia.
No es hoy: es ayer.
El ahora es el antes, el mañana es el antes de ahora ¿ó será el ahora de antes?; sabré mañana.

Para entonces el atrás será el medio
y no habrá adelante.
Solo un ayer, que es ahora, el mañana.
Melany Scarfia
"sueña de noche que duerme de día"

sábado, 27 de junio de 2009

Una re-presentación (Descargo II)

Creo que era hora de que este blog, que pretende contar con asidua publicación, tenga algún tipo de presentación seria. No porque el pretérito Descargo no lo fuera suficientemente, sino más bien porque ya es momento de que sepamos un poco mejor de qué va ésto. Lo interesante acá es que lejos de encontrarme en el deber de transmitirles o transferirles esa información, estoy en realidad en la necesidad de formularla también para mí. Es decir: yo también quiero saber de qué va este blog sin visitantes y de dudosa constancia.
Digo que es éste el momento porque sucede que planeo aumentar la periodicidad de los posts y así, tal vez, generar algún tipo de público que supere, digamos, a mí mismo. Luego de una profusa investigación que me mantuvo ocupado durante unos arduos 7 minutos, llegué -no sin esfuerzo- a la conclusión de que la manera más didáctica y atractiva de exponer lo que me propongo es bajo la forma de los conocidos F.A.Q. (Frecuente Asesoramiento a Quienquiera); ésto es, la curiosa diagramación en la cual quienes quieren aclarar ciertas dudas lo hacen preguntándose a sí mismos las cosas que quieren responder, casi como una entrevista a De Narváez en canal América.
Veamos:

1-¿Por qué lleno y por qué Descartes? (o también "el histórico desprecio a las proposiciones")
-En primer lugar, porque se prestaba a ese burdo juego de palabras (todos tenemos una parte grasa adentro, esa que nos hace reírnos con Francella). En segundo (y este sí, importante), porque ya que se trataba de un blog que, muy de vez en cuando, entre George Harrison y Ránkings Top-27, intentaba incluir breves atisbos de pensamiento y comentar un poco a gente como Bachelard, creímos que sería conveniente resaltar la figura de Descartes. Una figura que de hecho, cuanto más avanza el tercer milenio y su revolución comunicacional (como dijo el Bambino "apretáss un botónn y esstás en la Naaasa, neeene") se hace cada día más necesaria de atención (al menos para los que estamos del lado de afuera de la circunferencia de los beneficiarios). Digo ésto principalmente por su carácter revolucionario. Y es muy curioso decirlo porque Descartes tiene realmente muy poco -casi nada- de revolucionario. Pero su obra, quitando el momento en que se vuelve pelotudo de golpe, contiene mensajes de vital interés para nosotros.
Todos escuchamos decir "pienso, luego existo". Qué significa ésto? Que el señor Renato, el gran vocero de la burguesía, al que ciertamente le sobraba más de lo que le faltaba, se sentó en su sillón y se puso a pensar. "Por qué?" me pregunta un señor de sombrero que se levantá allá en el fondo. "Qué hay que pensar? Para qué demonios* lo necesita? Eso es porque no tiene que levantarse a las 4 de la mañana como yo, qué jorobar. Si total es Dios quien nos provee de todo lo necesario" agrega, mientras se saca la cera de la oreja con el dedo meñique (visto lo visto, me parece mucho más sensata su postura que la de Descartes). Pero Descartes se puso a pensar igual, porque si Dios era Providencia bastante jodida se la iba a ver la burguesía para legalizarse en el control del mundo económico, desplazando a quienes este Dios había puesto como justos atribuidos -digamos, el clero y la nobleza-. Él dijo "Consideremos por un momento que Dios no provee. Olvidemos esos límites trascendentales y pensemos que podemos elegir por nosotros mismos. Yo no sabía que existía, hasta que medité, y vi que por cuanto yo soy capaz de meditar, es necesario que yo sea algo que piensa, y si yo soy algo, pues bien, existo. Y así como yo no sabía algo en un momento y más tarde lo averigüé, de la misma manera yo puedo construir mis propios significados, mi propio mundo". Ese es el método. Aplicar la razón (humana) al conocimiento. Someteré al juicio de la razón todo aquello que se, y todo cuanto aprenda de ahora en adelante. Es una obra magnífica. Una revolución. Y como toda revolución, se erige sobre las cenizas de algo que se ha visto desplazado. En este caso, Dios. "Dios ha muerto" dice Nietzsche después de Hegel, que es como hablar con el diario del lunes. Pero no sólo ha muerto, subrayemos. Lo han asesinado. Un francés de bigotitos con los ojos de Paul McCartney ha sido visto en la escena del crimen cerca del momento en que éste ocurrió. "Tenía sus motivos" declaró el Jefe del Operativo. "Hemos encontrado el arma homicida" dijo el forense, levantando unos restos de Razón que metió en una bolsita.
Bien, esa es la parte revolucionaria de Descartes que quería rescatar: ahora que Dios ha muerto, yo pongo mis propias leyes. Mi primer dictamen es que los privilegios de la nobleza son basura. Ya le cortamos la cabeza a Dios (y era una grande), ahora con Luis XVI nos matamos de risa. Y eso que de revolucionario Descartes -repito- no tenía nada. De hecho, él mismo corre a refugiarse en Dios cuando se acuerda de que a Galileo casi lo prenden fuego (suerte que corrió el otro, el peluquero ese). Pero por mucho que René diga que Dios es indispensable para conocer y que no puede menos que existir, era bastante tarde. El Ser Supremo pendía de un hilo, que la gillotina francesa terminó de cortar un siglo más tarde, declarando que ahora la burguesía ya no sólo tenía el poder económico, sino también el político.

El punto, entonces, es ese. Si hoy en día no nos volvemos un poco cartesianos, la vamos a tener muy jodida. No hay un Dios y una Iglesia que nos digan cómo son las cosas, pero está la CNN, que es como Dios pero bilingüe. Si se relajan un poco, van a ver que aún sin pensar pueden vivir: los diarios y la televisión les dicen paso a paso todo lo que tienen que hacer. Incluso les dicen a quién tiene que votar. Y si no se toman unas gotas de Razón a tiempo, se van a acostumbrar a eso. Se van a creer que lo que lo que Clarín pone en la tapa es lo que tienen que saber. Se van a acostumbrar a escuchar y digerir sin masticar, sin pensar. Hoy todos nos hacemos los hombres modernos evolucionados y criticamos la manipulación que sufrían los pueblos por parte de la Iglesia, pero no nos damos cuenta de que lo mismo nos pasa hoy en día y nosotros lo aplaudimos. El ñato ese que te explica la guerra de Irak con flechas de colores no te está diciendo la verdad. O tal vez sí, tal vez lo haga. De todos modos, para saberlo, sea lo uno o lo otro, tenemos que "aplicar el Método", tenemos que pensarlo por nosotros mismos. No es cierto que la guerra está motivada por la liberación de un pueblo, no es cierto que Obama es el caballero de la Justicia, no es cierto que va a ganar el que va primero en las encuestas. O tal vez apliqué mal el método: tal vez sí es cierto. Pero me lo tienen que demostrar ustedes siguiendo éste camino, el de la Razón. Que es el de la Razón subjetiva. Por más títulos que tenga el tipo de corbata que salga en TN, no va a estar más cerca o más lejos de la verdad. No tienen que confiar en su razón porque tiene un Master en bisnes manashment, confíen un poco en la razón de ustedes. Es igual de apta, y un poquito menos tendenciosa.

2-(Me quedé dormido en el segundo párrafo. Si la próxima respuesta es así de larga no te pregunto más nada.) ¿Qué debo esperarme cuando entro a LDD?
-Como habrán visto, hay una bonita variedad de descartes. Poetas -antipoetas, recién hoy llegué a eso, después de pasar por Baudelaire, y tuve que saltearme a Rimbaud-, algunos filósofos, una medio trunca sección de cine, escritores populares, y un gran "lo demás", que está compuesto principalmente por "lo inesperado", que es lo que hace interesante la vida. Ni yo se qué puede llegar a aparecer en secciones como "Cosas que pasan", más allá de que sean cosas que pasan. Ahora que se abrió el arcón scarfiano nos sobrevino la moda de la poesía libre. Es una buena moda.

3-¿Cuál sería un buen argumento para decidir que es preferible visitar LDD regularmente por sobre la alternativa de sólo cerrarla, olvidarse de que existe y ponerse a ver videos de gatos golpeándose en youtube?
-Es una pregunta difícil. No podemos competir con los trillones de videos de Funny Animals que han contribuido a bajar la expectativa de supervivencia de la raza humana en varios milenios, pero a cambio ofrecemos actualización constante, material de interés general, y un auto 0km cada semana (sólo para los que firman). Hasta linkeamos videos de Capusotto de vez en cuando. Busquen en su corazón. No somos tan terribles como creen.

4-¿Cuál es la fuente de las cosas que publican?
-La fuente del material, en líneas generales, es la internet. A veces recurrimos a libros ajados y amarillentos en busca de aquello que la furia cibernética ha dejado de lado, a veces se trata de producciones personales. Las más de las veces, los datos estadísticos provienen de la wikipedia, que a los efectos de aplicar la Razón como preconizábamos, es un lugar ideal, porque si uno no se aviva termina aceptando como verdad cualquier gansada de esas que ahí aparecen.
Pero qué conveniente es que hagas esa pregunta, porque hay algo que me había quedado en el tintero. Hay una página en extremo recomendable, llamada La Audacia de Aquiles, a la que en específicas ocasiones (mejor, una o dos**) le hemos robado algún que otro material para armar algún artículo, y sucede que no la citamos. Pues bien, siéntanse citados. Presentamos excusas.

5- Encima de todo, ladrón. Retírese de la sala. Bien, señorita Scarfia: ¿Cuál es el sentido de publicar eso que, sujeto a diferentes e “inconsiderables” causas, termina transformándose en aquello que escriben?
-Si conociera a quien formuló esta oración, en primer lugar le contestaría que hizo muy mal en apuntar la palabra “sentido” en una pregunta que inocentemente espera una devolución coherente y, valga la redundancia, “sensata” de mi persona.
Espero que mis palabras no resulten del todo vanas o ilusas, al igual que espero que no justifiquen la pregunta.
Es como preguntarse por qué lavas el plato que volverás a ensuciar o para qué esperas algo que sabes que no llegará o, simplemente, por qué haces algo… Pues bien, ofrecemos lo que se escribe con la simple idea (no gana, sino idea) de que algún ser con capacidad de LEER y, esperemos que sea el caso, de CAPTAR (entender el mensaje con toda claridad es humanamente imposible) lo narrado… se limite a LEER.
Los comentarios realmente se aprecian…por ser literalmente comentarios.

Si usted considera que este párrafo tiene sentido… pues no ha entendido el sentido de la pregunta.

6-¿Qué sienten cuando escriben?
-Lo siento señor/a. Esa pregunta no puede contestarse (no se sabe cómo)… quizá este párrafo de una canción de Alberto Cortez lo ayude: “Quiso volar igual que las gaviotas, pero eso es impo... si…ble.”.

7-¿Podemos dejar la séptima pregunta en blanco, en -tal vez previsible- metáfora del descanso divino?
-Dale. Nos vemos.


Respondieron
Melany Scarfia, la que roba flores de los cementerios; y
Manuel Saraceni, el que a veces sí, y a veces no.



* léase "carajo"
** léase "dos"

viernes, 26 de junio de 2009

Nicanor Parra

Nicanor Parra -padre de la Violeta- nació en Chile en 1914. Es uno de los creadores más originales de la poesía del siglo XX, fundando la antipoesía, en la que reemplaza un lenguaje cuidado y refinado (al que relaciona con el elitismo de los poetas) por uno cotidiano. Desde la aparición de Poemas y antipoemas en 1954, su obra no ha dejado de suscitar encendidos y polémicos juicios. Fue profesor de matemática, especializado en mecánica racional. Algunas de sus obras son: Cancionero sin nombre (1937), La cueca larga (1958), Versos de Salón (1942) y Discursos, en colaboración con Pablo Neruda.


Manifiesto

Señoras y señores
Esta es nuestra última palabra.
-Nuestra primera y última palabra-
Los poetas bajaron del Olimpo.

Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.

A diferencia de nuestros mayores
-Y esto lo digo con todo respeto-
Nosotros sostenemos
Que el poeta no es un alquimista
El poeta es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro:
Un constructor de puertas y ventanas.

Nosotros conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos.

Además una cosa:
El poeta está ahí
Para que el árbol no crezca torcido.

Este es nuestro mensaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de Biblioteca.
Todos estos señores
-Y esto lo digo con mucho respeto-
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Redactando sonetos a la luna
Por agrupar palabras al azar
A la última moda de París.
Para nosotros no:
El pensamiento no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón.

Nosotros repudiamos
La poesía de gafas oscuras
La poesía de capa y espada
La poesía de sombrero alón.
Propiciamos en cambio
La poesía a ojo desnudo
La poesía a pecho descubierto
La poesía a cabeza desnuda.

No creemos en ninfas ni tritones.
La poesía tiene que ser esto:
Una muchacha rodeada de espigas
O no ser absolutamente nada.

Ahora bien, en el plano político
Ellos, nuestros abuelos inmediatos,
¡Nuestros buenos abuelos inmediatos!
Se refractaron y se dispersaron
Al pasar por el prisma de cristal.
Unos pocos se hicieron comunistas.
Yo no sé si lo fueron realmente.
Supongamos que fueron comunistas,
Lo que sé es otra cosa:
Que no fueron poetas populares,
Fueron unos reverendos poetas burgueses.

Hay que decir las cosas como son:
Sólo uno que otro
Supo llegar al corazón del pueblo.
Cada vez que pudieron
Se declararon de palabra y de hecho
Contra la poesía dirigida
Contra la poesía del presente
Contra la poesía proletaria.

Aceptemos que fueron comunistas
Pero la poesía fue un desastre
Surrealismo de segunda mano
Decadentismo de tercera mano
Tablas viejas devueltas por el mar.
Poesía adjetiva
Poesía nasal y gutural
Poesía arbitraria
Poesía copiada de los libros
Poesía basada
En la revolución de la palabra
En circunstancias de que debe fundarse
En la revolución de las ideas.
Poesía de círculo vicioso
Para media docena de elegidos:
«Libertad absoluta de expresión».

Hoy nos hacemos cruces preguntando
Para qué escribían esas cosas
¿Para asustar al pequeño burgués?
¡Tiempo perdido miserablemente!
El pequeño burgués no reacciona
Sino cuando se trata del estómago.

¡Qué lo van a asustar con poesías!

La situación es ésta:
Mientras ellos estaban
Por una poesía del crepúsculo
Por una poesía de la noche
Nosotros propugnamos
La poesía del amanecer.
Este es nuestro mensaje,
Los resplandores de la poesía
Deben llegar a todos por igual
La poesía alcanza para todos.

Nada más, compañeros
Nosotros condenamos
-Y esto sí que lo digo con respeto-
La poesía de pequeño dios
La poesía de vaca sagrada
La poesía de toro furioso.

Contra la poesía de las nubes
Nosotros oponemos
La poesía de la tierra firme
-Cabeza fría, corazón caliente
Somos tierrafirmistas decididos-
Contra la poesía de café
La poesía de la naturaleza
Contra la poesía de salón
La poesía de la plaza pública
La poesía de protesta social.
Los poetas bajaron del Olimpo.

Nicanor Parra

ANGUSTIA

Firme, segura, astuta.
Suspicaz en su labor.
Avasalla, penetra, hunde
se adueña por entero.

No disimula,
aprisiona, encierra, sofoca;
vacía el todo, llena la nada.
No espera.

Escabulle los rincones,
aplasta.

Te disfraza
te duele
te mata.
Melany Scarfia
quien no distingue la fantasía de la realidad

domingo, 21 de junio de 2009

Educación no Formal


Señora mamá, disculpe señor papá que en este caso, tenga la mala costumbre de dirigirme a la madre como representante del niño. Pero obraré en falso una vez más.
De seguro le sonará familiar la situación que en lo sucesivo describiré; hasta me atrevo a decir que claramente usted ha sido la protagonista de algún acontecimiento por el estilo.
Y no me refiero más que a aquellas duras tardes donde valientemente usted pretende explicarle a su hijo aquellos temas en los que el niño presenta tantas complicaciones en la escuela.
A saber…se imaginará usted a su hijo de diez años de edad, en el aula, sentado tranquilo en su banco contemplando cómo realiza su vuelo el mosquito, cómo una compañera arma un avión con un trozo de papel, hasta de qué color son los garabatos de los cerámicos de la pared; mientras la maestra explica un tema de matemática.
De esta forma mamá, pensará usted que su niño no es más que un muchachito remolón, con un tinte de vagancia, que saca malas notas solamente como consecuencia de no prestar atención en clase.
Señora…permítame explicarle que la niña que articula el avioncito obtiene brillantes calificaciones en las pruebas; nos son indiferentes los motivos.
Volviendo al tema, déme lugar a preguntarle cuál es el fin de pretender ser el Maestro de su niño.
Soy mentalmente capaz de imaginarme con excelente nitidez cómo usted en un acto de creciente esfuerzo deja de ver la novela para dedicar la tarde a que su niño “entienda” los problemas matemáticos.
Se aproxima la prueba (en tres días) y el pavor inunda su hogar.
Sentada usted a la cabecera de la mesa, su hijo en un extremo cerca suyo, mientras usted hojea el cuaderno colmado de correcciones en color rojo, definitivamente realizadas por la maestra.
Se dispone usted, pues, a poner un ejemplo a resolver.
E niño con cara de susto (dependiendo del carácter del infante, algunos llegan a entrar en pánico), la mira a la cara dispuesto a soportar la situación el tiempo que se prolongue.
Se larga, pues, una catarata de gestos, malabares y ejemplificaciones varias, con motivo de razonar aquella ecuación. Señora permítame confesarle que aquel intento está muy lejos de pertenecer a la razón.
Describía, entonces, la pasión con la que usted explica el acertijo, mientras su hijo azorado por su “inteligencia” observa la hoja con cierto estupor y hasta desconfianza.
Comienza este a pensar que sus facultades mentales son limitadas al no poder comprender algo que a su madre y a “todos” les parece tan sencillo.
En el mejor de los casos, ante la cara de entendimiento y seguridad que finge su hijo y que usted se cree, empieza a asegurar que perderse aquel vital capítulo de la novela tiene algún sentido.
Y no valla a ser que su hijo sea alguno de aquellos chicuelos desconsiderados que, a pesar de haber escuchado atentamente la explicación, tenga el atrevimiento…sí, claro….tenga el tupé de decir: -“No entiendo”-, a lo cual Señora, usted contestará desesperada: -“¿Cómo que no entendés? ¿Qué no entendés? Si está claro como el agua”-. Acto seguido repetirá la misma interpretación, del mismo ejemplo, con objeto de que el niño, esta vez, escuche conscientemente.
Tras mínimamente cuatro horas consecutivas de desarrollo el niño comienza a sonrojarse, producto de su calor exagerado, y a bostezar tapándose la boca, disimulando cansancio físico.
Usted mamá, que no ha permitido que su hijo la interrumpa en momento alguno, comienza a sentir que le duele el cuerpo y que la cintura se le parte al medio.
Aparece, luego, un humor comprometido de irritación y cansancio que le es muy molesto, y para mal de males, afligente en su discurso.
Es entonces cuando usted, mujer de cuarenta y cinco años, llega al resultado correcto del problema número ochenta y suelta la birome (que estaba causando un callo en su dedo mayor) con la pura sensación de la victoria. Está orgullosa de su excelso desempeño en los problemas para niños de quinto grado y se reafirma una madre magnífica por el tiempo dedicado a su hijo.
Le deja a su niño, pues, cincuenta ejercicios de tarea para el otro día e insiste es conveniente que los resuelva ahora que tiene las ideas más claras.
Permítame mamá contarle que no es necesario ojear a su hijo para adivinar que éste no ha captado el mensaje de ninguno de sus gestos, malabares ni explicaciones que intentaban “abrirle la cabeza al pequeño remolón”.
Llega la prueba y su hijo resignado, el miedo instalado en su cabeza, da la prueba y efectivamente obtiene un 2 (que la maestra generosa y compasiva le ha regalado porque éste intentó erróneamente resolver el punto A del primer problema).
A la salida de la escuela usted espera ansiosa la nota de su hijo, que alimentará aún más su certeza de que las clases particulares con maestras que cobran caro no tienen lógica, y en lugar de derrochar el tiempo y el dinero, deben ser los padres los que se “encarguen” de sus hijos.
Sale el niño y vislumbra la sonrisa de la madre que espera ansiosa el excelente 9. Usted mamá mira la prueba y como por efecto de un golpe cambia su color de piel y contempla a su hijo con una mezcla de intriga y desilusión. Humildemente y como desconcertada le pregunta: -“¿Qué pasó?”- y tras unos segundos la frase por excelencia: -“¿No me habías entendido? ¿Por qué no me lo dijiste?”-.
El nene sin ánimos de defraudar a su madre insiste en que entendió la extensa explicación pero la evaluación era muy difícil y se puso nervioso y una cadena de ilusas excusas que la madre con todo cariño comprende y justifica, reivindicando una vez más su buena actuación en la educación de su hijo.
Melany Scarfia

Confusión

Esas cosas que escupe la mano mientras la cabeza cumple la rutina...usted me entiende.....no?


Y si no tienes en qué creer,
Te invadirá el desespero más profundo.

Y si te aferras a una verdad,
Te dolerá descubrir su inconstancia.

Y si la duda se escabulle en ti,
dudarás de su sentido.

Y si buscas el sentido,
odiarás creer en él, descubrir su verdad y su duda,
y sabrás que encontrarlo no tiene sentido.

Y si te ahogas en ti mismo creerás estar en camino,
pero te perderás al tocar el fondo.

Y si te apoyas en tu conciencia,
aflorará tu vanidad y te volverás superfluo,
buscando la esencia.

Y si buscas la esencia
te defraudará encontrar la coraza.

Y si piensas demasiado
pensarás que ya no piensas.

Y si crees, verás inútil dudar,
pero si dejas de dudar,
solo crees.
Melany Scarfia

viernes, 19 de junio de 2009

Diferido (II)

El Doctor Ángel Pezzutti está parado en una esquina apoyado en la pared, cerca de Independencia y Colombres. Debe acudir a una cita, pero intenta no llegar demasiado temprano, y pierde ociosamente el tiempo entre línea y línea de un intrascendente artículo del diario. Cada tanto, mira el reloj de la farmacia de enfrente. Siete y dos. Sigue leyendo despreocupadamente. Siete y cuatro. Cambia la hoja. Siete y cinco. Se distrae ensimismadamente y pierde la noción del tiempo. Cuando se recompone, un camión se ha estacionado y le tapa la visión del local. Recuerda así que tiene su propio reloj en el bolsillo, y lo saca, aún con la vista fija en el camión. Pero el reloj está adelantado, y sus agujas marcan erróneamente las siete y cuarto. Con temor de llegar ahora tarde, se acomoda el sombrero y parte presurosamente. Un minuto después –siete y nueve- dobla la esquina la Mujer de su Vida, que ha nacido y vivido para casarse con él y hacerlo feliz, y se detiene en el mismo lugar, con un propósito incierto.
Tiempo después, Pezzutti la conocerá en una fiesta y se enamorará de ella, pero ambos estarán ya casados y atados, y no volverán a verse.

lunes, 15 de junio de 2009

Søren Kierkegaard

Søren Aabye Kierkegaard nació el 5 de mayo de 1813 en Copenhague (Dinamarca). Estudió teología y filosofía en la Universidad de su ciudad natal, graduándose en 1841 como Magister con la tesis "Sobre el Concepto de la Ironía", en donde analiza la ironía socrática en el contexto romántico de la época. La muerte de sus padres y de 5 de sus hermanos provocó en él un afianzamiento de sus convicciones religiosas, que marcarían su obra como existencialista teísta.
En 1841 Kierkegaard viajó a Berlín, en donde asistió a un curso dictado por el filósofo Schelling. De regreso en Copenhague Kierkegaard se dedicó de lleno a su tarea como escritor, y en menos de un año y medio escribió alrededor de mil páginas que publicó en 3 obras que publicó bajo diferentes seudónimos: La alternativa, Temor y temblor (sobre la humanidad en la religión en Abraham) y La repetición. En los años siguientes elaboró un vasto número de seudónimos, formas literarias, temas filosóficos, estéticos y religiosos. En 1845 publicó Etapas en el camino de la vida y su Post scriptum, uno de los puntos más altos de su obra.
En los años siguientes a la publicación de esta obra, su fervorosa actividad como escritor comenzó a escampar. Publicó algunos escritos de carácter religioso-edificante, y algunas reseñas de temas estéticos y, al final de su vida, sobre la polémica abierta contra los representantes de la iglesia danesa. En este periodo se encuentran los Discursos edificantes con diversos puntos de vista (escritos en 1847 y publicados póstumamente), Las obras del amor, editada en septiembre de 1847 y Discursos cristianos, editado en abril de 1848.
En los años 1849 y 1850 publicó dos obras con el seudónimo de Anti-Climacus: La enfermedad mortal y Ejercitación del cristianismo. La primera trata sobre la desesperación como pecado, en tanto los individuos se ven forzados a correr a Dios para constituir su yo. La segunda parte de la invitación de Cristo «Venid a mí todos los que estéis atribulados y cargados, que yo os aliviaré», y trata de la "cura" a esa desesperación por medio de la fe cristiana.
Kierkegaard dejó de publicar en los años 1852 y 1853; se intensificaron los apuntes en sus memorias, los temas más recurrentes seguían siendo consideraciones sobre el cristianismo, y sobre Abraham. También comenzó a trabajar sobre unas críticas a la Iglesia oficial, que luego se titularían Para un examen de conciencia recomendado a los contemporáneos (septiembre de 1851) y ¡Juzgad vosotros mismos! (comienzos de 1852, publicación póstuma). En ambas obras el ataque es directo a la iglesia que ha pactado con la temporalidad mundana, presumiendo falsamente el estar unida a Cristo, disociando la fe y las obras.
Søren Kierkegaard falleció el domingo 11 de noviembre 1855, a los 42 años.

“Es la muerte, rogad por mi para que venga pronto y sea buena. He sido un instrumento en las manos de la Providencia, que me ha puesto en el mundo para servirla. He vivido unos años y luego súbitamente, la Providencia ha alargado su mano para hacerme entrar en su arca. Un poco más y ciertamente estaré en el coro cantando el Aleluya, aleluya.”



---


Su obra se erige como una reacción a la filosofía totalizadora hegeliana, en la que se ocupó de construir diversos sistemas filosóficos fragmentados (de ahí que cambiara de seudónimo a cada publicación). Así, habla de la necesidad de una tonalidad como parte del análisis filosófico. Podría explicarse como un cambio en la "disposición anímica", donde cada tema es afrontado de diferente manera (y hasta, como dijimos, con diferente nombre).
Trabajó sobre una concepción del hombre como ser dual de la que no hay síntesis, entre una parte finita (su sujeción a la causalidad) y una infinita (su posibilidad de ser, de devenir, que abre el camino para la realización subjetiva). Esta división insoslayable es la que inevitablemente produce la angustia y la desesperación en la existencia.

Pueden leer acá el Panegírico de Abraham, de la obra Temor y Temblor.
Que les aproveche.

jueves, 9 de abril de 2009

Soneto

Hoy quiera el cielo limpiar su buen nombre
del descuido de males cometidos,
hermanarse este día con el hombre,
enderezar sus hombros abatidos

Y que empiece por abolir las penas
por oscuras, por íntimas, porosas.
Que ponga sangre buena en nuestras venas,
ambrosía, néctar, agua de rosas.

Del Paraguay bajará un perro oscuro
grande como el viento, azul como el miedo,
vendrá a mostrarnos el camino nuevo.

Y en el mundo de la virtud flamante
no habrá muerte, o necesidad, o ruina,
pero sobre todo, no habrá conquista.



Por gracia de la musa de la Indignación,
rimó Manuel Saraceni, el que no promete lo que cumple.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Patas para arriba, la escuela del mundo al revés

Volviendo de vuelta a los trajines que implica publicar una entrada en el blog, me inclino por ignaugurar este regreso con la recomendación de un libro que leí en enero, y que sin dudas me parece imperdible.
Han sido ya varias, mis publicaciones referidas a Eduardo, pero al no recibir quejas, me decido por entregar una más...

En "Patas para arriba", Galeano nos propone una division del texto que seduce de entrada, el indice es como la planificación de un curso, dividido en clases, o en temas a enseñar, o en fin, en capitulos.
Yendo directamente al contenido del libro, se puede decir que es un relato ironico y muy critico.
Galeano nos cuenta partes de la "otra historia" la que no fue contada, pero además nos muestra como en este mundo todo está totalmente dado vuelta, y, como, las que rigen son las leyes del consumo y del poder. Nos habla de las terribles atrocidades que se cometen día a día desechando la capacidad humana, y tambien matando humanos claro... Las diferencias sociales que se acrecientan en todos lados, como america latina es nada mas que una marioneta de EE.UU y de Europa, en fin, es interminable nombrar todo lo que galeano propone en "Patas para arriba", simplemente les digo que leerlo les sera de un gran agrado, y si no es asi, al menos habran leido una posición o una ideología diferente a la propia.
Hubiera querido hacer esta entrada con el libro al lado, pero lo tuve que devolver porque no era mio, y en internet, donde supuestamente esta todo, lo que se refiere a literatura latino americana, pocas veces se encuentra... Entonces les digo, que no les queda otra que comprar o conseguir el libro y leerlo, para que este post sea totalmente en vano.
Hubiese querido tambien conseguir más extractos y copiar aca, al menos el indice del libro que es lo que, como dije, seduce de entrada... a falta de eso, les dejo una cita que encontré en la red.
Saludos para todos.
Ezequiel Bahillo

Extracto de:
Patas para arriba: la escuela del mundo al revés. Eduardo Galeano
Capitulo: "Educando con el ejemplo"


Los alumnos

Día tras día, se niega a los niños el derecho a ser niños. Los hechos, que se burlan de ese derecho, imparten sus enseñanzas en la vida cotidiana. El mundo trata a los niños ricos como si fueran dinero, para que se acostumbren a actuar como el dinero actúa. El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura, para que se conviertan en basura. Y a los del medio, a los niños que no son ricos ni pobres, los tiene atados a la pata del televisor, para que desde muy temprano acepten, como destino, la vida prisionera. Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños.

Los de arriba, los de abajo y los del medio

En el océano del desamparo, se alzan las islas del privilegio. Son lujosos campos de concentración, donde los poderosos sólo se encuentran con los poderosos y jamás pueden olvidar, ni por un ratito, que son poderosos. En algunas de las grandes ciudades latinoamericanas, los secuestros se han hecho costumbre, y los niños ricos crecen encerrados dentro de la burbuja del miedo. Habitan mansiones amuralladas, grandes casas o grupos de casas rodeadas de cercos electrificados y de guardias armados, y están día y noche vigilados por los guardaespaldas y por las cámaras de los circuitos cerrados de seguridad. Los niños ricos viajan, como el dinero, en autos blindados. No conocen, más que de vista, su ciudad. Descubren el subterráneo en Paris o en Nueva York, pero jamás lo usan en San Pablo o en la capital de México.

Ellos no viven en la ciudad donde viven. Tienen prohibido ese vasto infierno que acecha su minúsculo cielo privado. Más allá de las fronteras, se extiende una región del terror donde la gente es mucha, fea, sucia y envidiosa. En plena era de la globalización, los niños ya no pertenecen a ningún lugar, pero los que menos lugar tienen son los que más cosas tienen: ellos crecen sin raíces, despojados de identidad cultural, y sin más sentido social que la certeza de que la realidad es un peligro. Su patria está en las marcas de prestigio universal, que distinguen sus ropas y todo lo que usan, y su lenguaje es el lenguaje de los códigos electrónicos internacionales. En las ciudades más diversas, y en los más distantes lugares del mundo, los hijos del privilegio se parecen entre sí, en sus costumbres y en sus tendencias, como entre sí se parecen los shopping centers y los aeropuertos, que están fuera del tiempo y del espacio. Educados en la realidad virtual, se deseducan en la ignorancia de la realidad real, que sólo existe para ser temida o para ser comprada.

Fast food, fast cars, fast life: desde que nacen, los niños ricos son entrenados para el consumo y para la fugacidad, y transcurren la infancia comprobando que las máquinas son más dignas de confianza que las personas. Cuando llegue la hora del ritual de iniciación, les será ofrendada su primera coraza todo terreno, con tracción a cuatro ruedas. Durante los años de la espera, ellos se lanzan a toda velocidad a las autopistas cibernéticas y confirman su identidad devorando imágenes y mercancías, haciendo zapping y haciendo shopping. Los ciberniños navegan por el ciberespacio con la misma soltura con que los niños abandonados deambulan por las calles de las ciudades.

Mucho antes de que los niños ricos dejen de ser niños y descubran las drogas caras que aturden la soledad y enmascaran el miedo, ya los niños pobres están aspirando gasolina o pegamento. Mientras los niños ricos juegan a la guerra con balas de rayos láser, ya las balas de plomo amenazan a los niños de la calle(...)

lunes, 2 de febrero de 2009

Lágrimas

Llueve. Llueve gris, llueve fuerte, llueve violento, llueve marrón, llueve árbol, llueve mate. Llueve vivo, llueve muerto. Llueve apagado, chorreante, tenaz, limpio. Lluevo. Y por fuera también. Ahí es cuando uno tira la almohada al carajo, desafiante, erguido. Pero es vencido, derrotado, aplacado, mitigado. Si no fue él, fue aquello, o aquella, o lo de más allá, o ésto de acá, o lo que hay ahí. Fue él, fue ella, fue ésto, fue ésta, fue sombra, fue negro, fue esperanza, fue cordial. Como si quisiéramos salir a correr, desahogarnos, gritar, arrancarnos el pelo y gritar, desahogarnos, y gritar. Y salir a correr. A correr violento, a correr rojo, a correr ira. O como si quisiéramos prender la radio y cerrar los ojos. Ya voy hermano, ya voy. Es cartel, es claro, es lujo. Tenemos tiempo. Acá llueve, y allá llueve. En todos lados llueve. Y una lágrima se asoma, expectante, curiosa, tímida, temblorosa, sin vocación. Y cae por vez primera y última. O no cae, rueda. Rueda por la mejilla. O no rueda, se desliza. Se desliza hasta el mentón. Por el cuello, por el pecho, por el abdomen. Repta confiada y amenazante. Y desaparece, ya no se la encuentra más. Nadie sabe que esa lágrima ha caído, o no caerá nunca, no tiene identidad. Y ya cae otra, igual, idéntica. La misma, si viene al caso. Rueda, se desliza, repta, tiembla, goza, bosteza, cae rendida, extasiada, cumplida, llena. Ya voy, todavía hay tiempo. Han caído dos o tres más, no se, no las conté. Son la misma, de todas formas. Son todas y ninguna. La lluvia retoza sobre la ventana. Ahí cayó una gota. Una gota de lluvia. Rueda, se desliza. Aburre y desfallece, sin perder la elegancia. Ahí cayó una gota. Otra gota. La misma, al fin y al cabo. Ahora caen dos o tres más, no se, no las conté. El cielo llueve, las nubes llueven, el viento llueve, los truenos llueven. Yo lluevo. Una lágrima, otra, otra. Que andá sólo, hermano, que yo me quedo. Estamos lloviendo.

Une rose d’un rouge si fort comme une tache du vin

Leído en la etiqueta de un vino francés:

“Finamente elaborado con las variedades de Merlot y de Grandeza al 50%, es éste un trascendental vino de tonos violáceos, con débiles notas de color cereza y de altivez. De cuerpo tenue, y corto de estatura, su aroma es intenso y respetable. Se presenta elegante y gallardo, posee la vainilla del roble, la astucia de un gran estratega, el fresco de la uva, y la presencia de un Emperador. Asimismo, en boca posee el equilibrio del prensado y la egolatría de un autocoronado, de entrada dulce y aterciopelada, con posterior vía retronasal violenta que recuerda al 18 de Brumario, pero con un final de Cien Días, ácido, desterrado y solitario. Ideal para acompañar quesos duros, campañas en Egipto, carnes rojas, y cruzar los Alpes. No se recomienda poner en contacto con aromas agresivos o la ciudad de Waterloo, ni servir con carnes blancas o tropas británicas.

Su poderosa influencia en la lengua y en el Code Civil invita a seguir tomando.

Temperatura de Servicio: 16º.”

Historia del que pidió demasiado poco

Plutarco Manfredi, en su juventud, había sabido ser, entre otras cosas, un ignoto –y también, digámoslo, fracasado- jugador de fútbol de las Divisiones más humildes. Según nos remiten los Sabios, tuvo la chance de entrenar alguna vez con la Primera de Aldosivi, bajo la aprobación de algún apurado préstamo provisorio. Cierto es que su fuerza física y su provechoso dominio del cabezazo le valieron más de un elogio, pero sus torpes movimientos y su poco control sobre la redonda lo hacían el hazmerreir de las tribunas visitantes. Se retiró intrascendentemente a los treinta y cuatro años, una tarde lluviosa y gris en que su equipo empató insípidamente 0-0 contra un combinado del barrio de Agronomía que hizo las veces de Sparring.
Bien sabidas y conocidas son las ventajas de pasar por debajo de un puente en el momento mismo en que un tren lo atraviesa: sólo debemos pedir un favor, y las incalculables fuerzas del Ángel de los Deseos nos reembolsarán sin chistar lo que nosotros tuvimos la justeza de pedir. Fue así que el Gaucho, como lo llamaban sus amigos, supo apresurarse a realizar su petición cuando al vadear un puente alto y desamparado fue sorprendido por una máquina de la línea Mitre. Y pidió así recuperar las bondades físicas de su juventud, la frescura de sus músculos y la dureza de sus huesos, retrocediendo con esto el Tiempo de su cuerpo material, extenuado y marchito; pidió tener la habilidad con la que siempre había soñado, la gambeta que lo desvelaba.
Sin embargo, siendo un tipo de limitada calidad, la verdad es que sus sueños eran humildemente pobres y austeros. Apenas si se complacía logrando algún que otro gesto patente, alguna simple maniobra distractora.
Con sus nuevas habilidades se presentó en varios clubes, sin ser siquiera probado a causa de su elevada edad, a pesar de su copiosa insistencia.
Tuvo, afortunadamente, la suerte de ser admitido en un entrenamiento de un menguado conjunto de Villa General Mitre, donde disputó un discreto partido con una actuación deslucida y no convenció al entrenador, a pesar de aquella asistencia de taco en el Primer Tiempo que el wing morocho no supo definir acertadamente.
Finalmente, Manfredi terminó por resignarse y puso un kiosco en la calle Álvarez Thomas, establecimiento que atiende hasta estos días, con una camiseta verde colgada en la ventana.

jueves, 1 de enero de 2009

Diferido (I)

El Noble Caballero, poseedor de varios poblados allende las Altas Montañas, y héroe en su tierra, codiciado por las solteras y en las mejores familias, respetado por los Hombres, toca la puerta de la Mujer Amada, sobre quien cantaban los poetas, y de cuyos relatos se ha enamorado. Es el padre quien atiende.
-Soy el Noble Caballero. Vengo a pedirle la mano de su hija mayor.
-Llega usted demasiado tarde, ya está casada.
-Entonces vengo a pedirle la de su hija menor.
-Llega usted muy temprano, aún no ha nacido.