jueves, 1 de enero de 2009

Diferido (I)

El Noble Caballero, poseedor de varios poblados allende las Altas Montañas, y héroe en su tierra, codiciado por las solteras y en las mejores familias, respetado por los Hombres, toca la puerta de la Mujer Amada, sobre quien cantaban los poetas, y de cuyos relatos se ha enamorado. Es el padre quien atiende.
-Soy el Noble Caballero. Vengo a pedirle la mano de su hija mayor.
-Llega usted demasiado tarde, ya está casada.
-Entonces vengo a pedirle la de su hija menor.
-Llega usted muy temprano, aún no ha nacido.